SEÑALES QUE NUESTRO YO EMITE, Y NO LE ESCUCHAMOS.
De
ahí, que lo más importante para el ser humano es que a través de la expresión
del cuerpo podrá, si realmente quiere, descodificar lo que ocurre con su
espíritu. Cuando el todo en conjunto funciona de forma coherente, la realidad
física está en armonía con la realidad espiritual del ser humano.
Por
consiguiente, el ser humano tiene principalmente tres tipos de señales, para
manifestarle al individuo que algo en su interior no está en armonía con su
realidad física. Estos tres tipos de mensajes son; las tensiones físicas o
nerviosas, los traumatismos físicos o psicológicos y las enfermedades orgánicas
y psicológicas.
- Las tensiones físicas o nerviosas, tales como las tensiones dorsales, las pesadillas, el insomnio o la somnolencia, las dificultades digestivas, el malestar o incomodidad física o psicológica entre otras, son la fase inicial de la tensión interior, nuestro inconsciente expresa lo que está ocurriendo, es una forma en que nuestro GUIA INTERIOR nos está avisando que hay algo que no es coherente, que no funciona. Sin embargo, infortunadamente tenemos mucha resistencia a ser receptivos a partir de este nivel, lo que implica a que nuestro Espíritu debe recurrir al segundo tipo de señales.
- Los traumatismos físicos o psicológicos representa el modo en que nuestro inconsciente desea encontrar la solución a esta desarmonía. Es un llamado más fuerte, lo que obliga a la persona afectada a un cambio de inmediato, lo que está destinado a tomar un tiempo de descanso y obligarla a parar momentáneamente su ritmo de vida no coherente para que entienda lo que ocurre y cambie. Tal es el caso de un choque, un esguince, una fractura, un lumbago, etc. Este tipo de señales, nos da una clara respuesta de que está mal en nosotros. No obstante, cuando en este punto se continua con la sordera espiritual, se presenta la tercera señal; lo que ocurre con ésta y la señal numero tres, es que existe un desfase, un distanciamiento en el tiempo con respecto al origen de nuestro mal.
- Las enfermedades orgánicas o psicológicas. Es en esta fase la que nos encontramos en las profundidades del espíritu, es una forma de liberación de energía negativa o distorsionada que nuestro ser ya no es posible soportar. Es donde, dependiendo de la enfermedad, nos está diciendo para qué esto y qué debo hacer para cambiar.
Sin
embargo, todas estas señales serán en vano, si aún no estamos listos para
escuchar y aceptar lo que nuestro GUIA INTERIOR nos quiere decir, es decir,
nuestro orgullo o sordera nos impide ser consciente de ello y optamos por
sufrir.
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