Hoy en día se se confunde que tener paz mental y tranquilidad, no nos permite expresar las emociones. Se nos limita o sesga de ello. Te dicen, muchas veces que nada puede perturbarnos, que pase lo que pasé debes ser siempre, sin emoción ni reacción. 

Suena bonito, pero así como mencionaba Carl Jung: “Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad” 

¿Que pasé si a veces, se nos da la gana mandar a la madre al mundo?, ¿Qué pasa si se expresa esa emoción de rabia, de frustración, de tristeza, de angustia, etc?. Entonces, dejaste de ser un ser consciente, dejaste tu camino de luz, dejaste ser el yogui o la yoguini o el maestro/a? Dejaste de ser implacable con tus palabras o por el contrario te lo tomaste muy personal y ahora estás en guerra con el mundo por ello.

Lo que verdaderamente pasa es que te estás sanando. SI. Te sanas cuando lo vuelves consciente, cuando sabes que aún está, ese rastro de oscuridad que te enferma y limita. Te muestra el camino a seguir. Y aún más tu sistema inmunológico te dice: PILAS. 

La paz mental y la tranquilidad tiene que ver con ello. Con esa verdadera senda de sanción interior, de poner a prueba ese sistema inmune. Sino mirad a Garrit, que el carnaval del mundo engaña tanto, que las vidas son breves mascaradas; aquí aprendemos a reír con llanto y también a llorar con carcajadas. 

Es por ello que la invitación es, camina con confianza y vive la emoción. Pero no te quedes allí, rétalas y salid victorioso/a de allí. Es cuando verdaderamente vamos ligeros, en paz y libres.

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